"La creencia de
que la homosexualidad es algo que «debe ser desacreditado e impedido» puede ser
uno de los pocos puntos en común entre Fidel Castro y Margaret
Thatcher"Jeffrey Weeks-1989
Un
día como hoy, hace un año, ocurrió un evento en la vida de muchas personas de
Honduras, que quizás marcaria la diferencia entre la concepción retórica de los
derechos humanos y la relación cotidiana de estos con el tesoro que es la vida
de este país.
Erick
Martínez Ávila, un joven líder del movimiento LGBT de Honduras, había
desaparecido unos días atrás y luego de pasada la hora de la comida del 07 de
mayo del 2012; el corazón de su familia, de sus amigos, compañeros de trabajo,
activistas cercanos, y los camaradas del Movimiento Diversidad en Resistencia,
se detuvo; en un derrumbamiento de emociones intensas y dolorosas, la vida
comenzó a pasar en cámara lenta frente a la mirada estupefacta de todos; unos
con preguntas y otros en la negación; pero lo cierto, es que a Erick le habían
arrebatado la vida.
Alguien
que no fue ese Dios al que todos acusan de misógino, bélico, prepotente y
fascista, sino alguien de carne y hueso, una persona de este país y muy
probable otro ser humano pobre, desprovisto de oportunidades en esta patria sin
madre, decidió robarnos a Erick Martínez y asesinarlo.
¿Quién
fue Erick? Si de algo puede presumir la izquierda en el mundo, es que
históricamente los homosexuales y lesbianas líderes pensantes e influyentes
ideólogos; se han matriculado con la utopía de la igualdad de condiciones para
las clases más desprotegidas y aun enfrentando la discriminación interna en los
mismos movimientos socialistas, comunistas y progresistas, se han mantenido
firmes y fieles en la ruta para derribar a la clase dominante e impedir que los
pobres sigan siendo parias en las sociedades enfermas de poder.
Karl-Heinrich
Ulrichs, Magnus Hirschfeld ( creador del Comité científico humanitario de
Alemania) , Jean Baptista von Schweitzer (sindicalista presidente de la «Unión
General de Trabajadores de Alemania» y el primer parlamentario socialdemócrata
elegido en Europa), Kurt Hiller, Richard Linsert, Johanna Elberskirchen, Bruno
Vogel y Oscar Wilde, todos ellos homosexuales. Son sólo algunos de los nombres
que resaltan en la historia política y revolucionaria de la humanidad, pero lo
que muchos tuvieron en común fue que pagaron con sus propias vidas esa
tenacidad con la que defendieron el ideal de justicia; Federico García Lorca,
que fue ejecutado por militares durante la guerra civil española, entre otras
razones de su asesinato figura su afinidad con el frente popular y su
homosexualidad.
Para
los hondureños eso no ha sido diferente y en los últimos años parece
evidenciarse con más fuerza, el movimiento LGBT de este país apuesta con
tenacidad a la construcción de una sociedad más justa, a erradicar la pobreza,
el hambre, la violencia, la discriminación y la desigualdad; esa pasión por la
justicia ha cobrado su precio, alrededor de 113 asesinatos de homosexuales, transgéneras
y lesbianas han ocurrido en Honduras desde el 28 de junio de 2009; en esa suma
está Erick Martínez Ávila.
Este
crimen tuvo efectos devastadores en las vidas de las personas cercanas a Erick
y sus ideales; pero también desmitificó la fábula de que para defender los
derechos y la justicia debemos aparecer entre las víctimas; 11 días después de
su asesinato, las banderas del arcoíris flamearon por primera vez en manos
ajenas a las que sufren día con día la discriminación y la exclusión social, basada
en una condición distinta de la pobreza, la raza o la creencia religiosa, sino
aquella discriminación que está establecida por la construcción social de la
moral, aquella que suprime al amor; el amor que como otro de los tantos
arrebatos que el capitalismo le ha hecho a la humanidad, fue encarcelado para
pintar corazones rojos, peluches y tarjetas de Valentine´s Day, para vender la
idea de que el amor es así y sólo para las relaciones entre un hombre y una
mujer.
Las
consignas populares de las marchas rescatan ese ideal supremo de justicia,
¡Erick Martínez vive, la lucha sigue¡ evoca la pasión en boca de muchos
heterosexuales por la defensa de un camarada, de un luchador social quien sin
lugar a dudas deja un vacío que no puede ser llenado, pero que es superado por
la fuerza del amor de quienes le reconocieron como un líder, amigo y compañero
de lucha.
En
ocasión del primer aniversario de la desaparición y asesinato de Erick, los
miembros del Movimiento Diversidad en Resistencia; hemos querido hacer no un
comunicado lleno de ítems demandantes – aunque demandamos justicia – sino un
llamado de atención para reflexionar al interior de una sociedad que carece de
respeto a la vida, que carece de integridad, al interior de un país que se
desangra y de la creciente pugna entre las posturas ideológicas, que no le
aporta sino que al contrario le resta a esta lucha diaria.
Por
la memoria de Erick Martínez juramos mantenernos de pie, con el puño izquierdo
en alto, con la convicción permanente de construir una sociedad justa y
solidaria; alcanzar un país donde se respete la vida de cada ser humano y donde
la individualidad no sea motivo de desprecio o vergüenza; pero especialmente,
donde ser diferentes, pensar diferente, amar de forma diferente, o vestirse de
forma de diferente no se pague con la vida.